BLOG – Xavier Oñate

De víctima a Héroe. Presentación


Esta série de vídeos va de héroes, esto es, de todas aquellas personas que estáis transitando o habéis transitado por una experiencia de abuso narcisista. Sois héroes porque como todas y todos los protagonistas de la literatura épica pasáis por el dolor del abandono, de la traición y del sacrificio. Pero también transitáis por el poder de la reafirmación, la lucha y la sabiduría.

Si algo tienen en común la mayoría de víctimas de manipulación narcisista es que acaban preguntándose a si mismas quien son, después de darse cuenta de lo que están viviendo, y quedan horrorizadas al darse cuenta quién es esa persona en quien habían depositado su confianza. Las expresiones “muerte en vida” “vivir en el infierno” o  “depredación del alma” son un reflejo de la profunda herida que las personas de espectro narcisista, sean psicópatas integrados, perversos narcisistas o sociópatas, dejan en sus víctimas.

La víctima sufre una rotura interior; el sentimiento de injusticia, de desesperación, de vacío hacen mella en ella; atrapada por una paralizante confusión, el sentido de su propia existencia se resquebraja. Los valores y las creencias sobre las que sostenía su identidad quedan hechos trizas. Y es que a menudo una experiencia de este tipo nos lleva a preguntarnos qué sentido tiene lo que ha sucedido, y por ende, qué sentido tiene la vida.

Ya he comentado en otras ocasiones que en mi opinión la vida, en sí misma, no tiene ningún sentido. De hecho, la existencia no necesita ningún sentido para existir. Pero los seres humanos sí necesitamos darle un sentido a nuestra existencia. Pensemos durante unos instantes en nuestros antepasados y ancestros. Qué sentido podía tener nacer para luego pasar infinitud de vicisitudes (hambre, dolor, muerte de hijos recién nacidos, accidentes, guerras, enfermedades…) para luego ¡¡acabar muriendo!! Qué sentido puede tener esto? La conciencia de muerte, y la angustia anticipatoria de que la vida también duele obligó a nuestros antepasados a darle un sentido a su existencia. Sólo la construcción e instauración de un conjunto de creencias y valores que pudieran dar un significado a lo desagradable de la vida nos ha permitido seguir adelante como especie. Del mismo modo, la necesidad de dar un lugar a lo agradable y placentero de la vida también permite sentir que la vida vale la pena vivirla: reir, bailar, gozar, cantar, compartir, jugar, apoyarnos mútuamente… amar!

Eso es lo que nos diferencia del resto de seres vivos: que los humanos tenemos la capacidad de pensar y de reflexionar sobre nuestros propios pensamientos y sentimientos, cosa que permite que nos preguntemos el cómo, el por qué y el para qué de las cosas. No nos basta con vivir, simplemente, como aún puede hacer un bebé o un infante. Los humanos adultos acabamos necesitando darle un sentido a nuestra vida, darle unos valores que nos animen a seguir adelante a pesar de todos los contratiempos, decepciones y dolor que el vivir conlleva.

¿Qué sentido tiene haber sufrido la depredación de un narcisista? En sí mismo, ninguno! Pero no tenemos otra opción que darle uno para evitar quedarnos atascados en la angustia, en la depresión o en el resentimiento. No hemos escogido que alguien se aproveche de nuestra vulnerabilidad. Pero sí podemos escoger, una vez somos conscientes de qué ha ocurrido y con quien hemos estado, qué hacer con todo eso. Cada persona es un mundo, y cada una habrá de descubrir qué hacer con eso que tiene delante: buscar ser rescatada de eso, alejarse de eso, luchar contra eso, aprender de eso… Para algunas personas acaba siendo una oportunidad para conocerse a sí mismas, para amarse y cuidarse mejor, para crecer y desarrollarse como seres realizados… Cada persona podrá escoger en la medida que conozca las opciones que estén disponibles.

Dicho esto, la propuesta que hago parte de concebir a la víctima como una heroína o un héroe que necesita transitar exitosamente por seis etapas vitales. No se trata sólo de superar el abuso sufrido. Se trata de tomar esa experiencia para recuperarse, retomarse, reempoderarse a sí mismo. 
Estas etapas se sostienen en seis arquetipos universales, reflejados en numerosas obras de la literatura y que cualquier ser humano más tarde o más temprano puede experimentar. Son: el inocente, el huérfano, el mártir, el vagabundo, el guerrero y el mago. Las he adaptado a partir del trabajo de la psicóloga norteamericana Carol Pearson en su obra “The Hero within” (El héroe interior). Este modelo nos puede ayudar de guía, de orientación, para darle un sentido a lo que se está viviendo (o se ha vivido). He constatado que esta adaptación es un modelo útil para muchas personas que han sufrido abuso narcisista. Lo comparto para que lo sea a muchas más.

Observa si te resuenan las siguientes palabras: Los héroes, por necesidad o por deseo de una vida mejor, emprenden odiseas en las que pasan por distintas etapas, unas veces en soledad, otras en compañía; hacen sacrificios y renuncias, unas veces experimentan tristeza y abatimiento; otras  esperanza y alegría. Luchan poniendo en riesgo su vida enfrentándose a terribles seres malignos para acabar encontrando aquello que buscaban, un tesoro o un edén. Estas metas no son más que metáforas de encontrarse a sí mismo. Esos héroes no son algo ajeno a ti o a mi. Son humanos, sienten y también son vulnerables. No son más especiales que nadie. Aunque el viaje exterior sea distinto, Ulises en la Odisea, Luke Skywalker en StarWars o Harry Potter, pasan por viajes interiores idénticos a los que pasamos cada una de nosotras en nuestra vida. 

Te resuenan estas palabras, quieres iniciar el camino? En el siguiente vídeo comenzamos con la etapa del Inocente.

NOTA: Los nueve vídeos, colgados en mi canal de youtube, están secuenciados para tu comodidad. Accediendo al canal podrás verlos en el orden que desees.

Comparte:

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *